Nuestra segunda parada es Fiñana, un pequeño pueblo almeriense donde el pasado árabe continúa presente en sus calles, en su legado cultural y, por supuesto, en su rica gastronomía tradicional. El plato fiñanero por excelencia es la zaramandoña, una receta que cocinaremos junto a vecinas del pueblo e integrantes del taller de empleo. Para completar el almuerzo, no puede faltar uno de los postres típicos: la tarvina.
Nuestro viaje finaliza, en esta ocasión, en Cantillana. Aquí pervive una de las tradiciones artesanales más valiosas de la provincia de Sevilla: los célebres flecos y enrejados de los mantones de Manila. Además de conocer de primera mano cómo se realiza este laborioso trabajo, cocinamos unos pestiños según la receta popular, ¡riquísimos!
Los espacios interiores os salen de maravilla como en Alhaurín, tanto en el museo del pan como en ese sótano. Seguid así porque hay mucha gente que disfruta con un programa tan cercano.
ResponderEliminar